Posted on 18. Nov, 2008 by Luis A. Alcaraz in Actualidad, Salud.

 

En un estudio aparecido en la revista Prenatal Diagnosis, los autores describen el uso de los microarrays de hibridación genómica comparada como herramienta para el diagnóstico prenatal en una serie de 300 casos.

Clinical use of array comparative genomic hybridization (aCGH) for prenatal diagnosis in 300 cases
Ignatia B. Van den Veyver , Ankita Patel, Chad A. Shaw, Amber N. Pursley, Sung-Hae L. Kang, Marcia J. Simovich, Patricia A. Ward, Sandra Darilek, Anthony Johnson, Sarah E. Neill, Weimin Bi, Lisa D. White, Christine M. Eng, James R. Lupski, Sau Wai Cheung and Arthur L. Beaudet.
Prenatal Diagnosis (2008). DOI: 10.1002/pd

Bajo determinadas circunstancias, los médicoso pueden recomendar a las mujeres embarazadas que se sometan a pruebas (niveles de analitos, ultrasonidos, etc) para detectar posibles anormalidades en el bebé que está en camino. Estas pruebas buscan principalmente detectar una posible triosomía en el cromosoma 21 (síndrome de Down), pero también trisomía del cromosoma 18, defectos en el tubo neural, etc. Sin embargo, esta estrategia deja fuera numerosas anormalidades cromosómicas no balanceadas (deleciones y duplicaciones) que están asociadas con minusvalías moderadas o severas. Estas mutaciones escapan a las técnicas de cariotipado, por lo que generalmente se diagnostican medianet FISH. Pero en la práctica es imposible realizar FISH de todas las posibles anormalidades cormosómicas y así detectar los embarazos de mayor riesgo.

Las pruebas de hibridación genómica comparada basada en microarrays (aCGH) permite una detección rápida y precisa de anormalidades cromosómicas numércias no balanceadas (es decir, variaciones en el número de copias, inserciones y delecciones, CNVs, de material genético).

Este diagnóstico prenatal es especialmente importante en determinados casos, como aquellas madres con edad avanzada que por tanto tiene un mayor riesgo de tener hijos con síndrome de Down. También en madres que hayan tenido anteriormente hijos con problemas de retraso mental.

De las 300 muestras analizadas, la mayoría (242)  no presentaron ninguna alteración cromosómica, mientras que 58 de ellas sí presentaban CNVs, lo que indica que existe material genético de más o de menos en el ADN del feto.

De estos 58 fetos que presentaban alteraciones cromosómicas, 40 de estas alteraciones se consideraron benignas. La mayoría debido a que se trataba de una alteración heredada de los padres, que presentaban un fenotipo normal. La única alteración de novo aparecía con anterioridad en las bases de datos de CNVs asociada a individuos con normales.

Dieciocho variaciones en el número de copias podrían ser relevantes para la salud del feto. De estas, dos no se encontraron en los padres ni tampoco en las bases de datos públicas de CNVs. En el primer caso, la mutación estaba en una zona aparentemente sin genes, aunque el niño murió al día siguiente de nacer. En el segundo caso, el feto presentaba una delección de 800 kb en una zona con genes. Además, por ultrasonidos se le detectó polidactilia, teniendo un elevado riesgo de tener otras discapacidades no detectables por ultrasonidos, por lo que los padres decidieron abortar. Había un tercer caso con una significancia clínica incierta, en el que el feto tenía una gran delección (de cerca de 5.1 Mb), pero la madre presentaba esta misma delección sin tener ningún problema médico.

Los 15 casos restantes se clasificaron como “médicamente relevantes”, aunque con un fenotipo no siempre predecible. Los autores encontraron que en siete casos, el microarray aportó información clínicamente relevante, proporcionando así información adicionals para realizar un consejo genético prenatal. Es interesante señalar que en dos de estos casos el microarray detectó un desorden que habría pasado por alto a técnicas de cariotipado o FISH.

Como conclusión, los autores señalan que encontraron variaciones en el número de copias en el 5% de los fetos analizados, pero sólo el 1% es médicamente relevante. De esta forma, a la hora de realizar uno de estos tests, es necesario informar a los padres sobre los beneficios de aCHG, pero también sobre la posibilidad de detectar CNVs que tendrán una significación incierta.

En cualquier caso, es necesario realizar estudios como este a mayor escala para determinar si los aCGH se pueden convertir en el principal test para determinar anormalidades cromosómicas.

Fotografía | Mahalie y Erica Simone.

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